10 diciembre 2007

Están ustedes invitados a un lugar reservado al sigilo. Al detenimiento. Les propongo traspasar el descanso de una hora, con una aguja cimentada en hielo. Crear un espacio para ese frío que se queda a veces en el yacimiento de un impulso, en el estante de las palabras nunca dichas.

Os espero.
Siempre,


Mamen Somar