25 marzo 2006

Ofelia

Nunca la noche estuvo tan hermosa como cuando la tísica flotó, aguas abajo, escoltada por un banco de sardinillas que jugaban a pasar entre sus dientes tan blancos, con los cabellos enredados de algas y lotos y los brazos extendidos como alas.
Sin embargo, el forense indicó a los guardias que impidieran a la gente acercarse por miedo a que la muerte les contagiara su estética, y en las noches venideras se las pasara levantando cadáveres en un pueblo tan impresionable.

Rosellini

2 comentarios:

Susana Delgado Ibáñez dijo...

Ey, me encantó.

Anónimo dijo...

Ey me encanta. He leído mucho a Shakespeare. Hay un cuadro que me gusta mucho que se llama Ofelía de John Everett. Si tienes ocasión míralo. Espero que sigas así con tu blog.